lunes, 25 de abril de 2016

OBAMA, DE CAMPAÑA POR Y PARA EUROPA

A mi me gusta Obama, pero eso no quiere decir que sea una incondicional suya. Ya hablé algún día de la utilidad que tendría en la campaña por el Si en el referéndum británico si Cameron contaba con él. Y así ha sido, Obama se ha implicado en ese campaña. No se el efecto que tendrá o como se computará su impacto en el voto de los indecisos. Obama lanzó mensajes para los británicos y para el conjunto de los europeos. A los primeros les dijo que seguir en el club europeo les garantiza liderazgo europeo, y a los segundos les habló de la necesidad de una Europa fuerte y unida en tiempos de turbulencias. Y de Londres a Hannover a apoyar a Merkel.

La fiebre que le ha entrado a Obama por apoyar a todos los candidatos europeos en campaña me mosquea un poco, me lleva a pensar que en su interés hay gato encerrado. Y sí, pienso que tiene especial interés en cerrar, antes de que termine su mandato el TTIP, el Tratado Trasatlántico de Libre Comercio. Me mosquea porque los ocho años de Obama como presidente de EEUU han pasado por varias fases en sus relaciones con Europa. Su campaña electoral previa a la llegada a la presidencia estuvo centrada en la necesidad de reforzar esa alianza, en especial con los aliados europeos en la OTAN, Reino Unido, Alemania y Francia. Un discurso proeuropeo que mantuvo en su primer año de mandato y en sus primeras visitas al viejo continente. Las sorpresas no tardaron en llegar. La primera cuando hizo su primer viaje a Asia que empezó a evidenciar cambios en sus prioridades. En China Obama habló de la necesidad de fortalecer lazos con los aliados asiáticos e hizo gala de ser el primer presidente norteamericano que miraba hacia el Pacífico. La segunda sorpresa fue cuando mostró el mismo empeño en centrar el eje de su alianza con los países emergentes. Hay mucho escrito sobre esos movimientos de las prioridades de Obama y muy poca literatura sobre el papel de una UE que presenciaba esos desvíos con desconfianza. Hubo algunos encuentros entre Obama y los lideres europeos de entonces, José Manuel Durao Barroso y Van Rompuy, que fueron de todo menos agradables. Recuerdo alguna rueda de prensa posterior a esos encuentros con caras largas. El único punto de coincidencia entre las dos administraciones fué cuando Obama y Barroso anunciaron a la vez, uno en Washington y otro en Bruselas, el inicio de la negociación del acuerdo de librecomercio.

¿A que se debía ese cambio? Lo he preguntado varias veces en diferentes entrevistas que he tenido que hacer para hablar del TTIP. La respuesta siempre ha sido la misma. La cultura comercial se impone frente a la aventura asiática o la de unos países emergentes que tras la crisis han mostrado que seguirán sin emerger del todo.

Osea, que creo que si. Que la gira de Obama por Europa es de interés interno para EEUU aunque él se vaya al  final de este 2016. En EEUU no puede presentarse por tercera vez, pero igual alguien le ha dicho que en Europea seguimos sin tener a nadie al otro lado del teléfono. Que seguimos sin líder europeo. ¿Si Cameron y Merkel confían en él por qué no lo van a hacer los europeos de a pie?. Hoy sigue en Hannover en una minicumbre europea en la que no está España. Con la falta que nos hace un líder.

Volviendo al argumentario Europeo, tiene razón Obama cuando dice que en Europa necesitamos a alguien de fuera para que nos recuerde lo mucho que se ha conseguido. Para mi que se esta postulando.


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