viernes, 27 de noviembre de 2015

I ❤️ SCHENGEN

Schengen es más que un Tratado. Es un pilar de la UE que nos permite movernos por las fronteras interiores sin necesidad de pasar por un control policial. Schengen es también una ciudad luxemburguesa,  cruce de caminos entre Alemania, Francia y Luxemburgo, y que dió nombre al Tratado que permitió superar una de las barreras más importantes en Europa.
Este año 2015 cumple 20 años. Entró en vigor en 1995 y hoy está más en la cuarda floja que nunca. La crisis de refugiados evidenció las diferencias en Europa para mantenerlo y los atentados de Paris han llevado ya a algunos países,  Schengenlands, a restablecer controles. En el pleno del Parlamento Europeo esta semana Jean Claude Juncker, que es luxemburgués habló del "Espiritu Schengen":  "Es la razón de ser de la Unión Europea. No es un concepto neutro -dijo-, ni anodino, es una pieza clave de la Unión Europea".  Le aplaudieron desde todos los grupos excepto los euroecepticos. Marinne le Penn, la lider del Frente Nacional francés, ha pedido cerrar las fronteras y Nigel Farage, del británico UKIP, que nos ahorró con su ausencia sus palabras, pidió lo mismo a través del, también británico, Paul Nuttall.
En Schengen hay un museo donde se guarda toda la historia del control de aduanas y pasajeros dentro de los países que hoy forman parte del Tratado que permite la libertad de circulación de los europeos. No se si cuenta con un capitulo de los desaguisados que en los últimos tiempos pretenden cargárselo. Empezaron los Suizos, que no son miembros de la Unión Europea, pero si de Schengen, y que decidieron en referéndum poner límites a los ciudadanos europeos para entrar en su país. Un trato que no han recibido a la inversa. Ellos sí se mueven libremente por Europa.
Parece que el Viejo Continente no aprende de sus propios errores. El Consejo Europeo en pleno debería visitar  el Museo de Schengen. Igual se les ponen los pelos de punta y cambian de idea. El domingo se reúne de forma extraordinaria para hablar de Schengen. Espero que no se resuelva como un veredicto a la busca de un culpable sobre el Tratado que más ha unido a Europa. ¿Será la cumbre de los "28 hombres sin piedad"? Pues les digo: La culpa no es de Schengen.


Entrada al Museo Schengen

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