jueves, 25 de febrero de 2016

LAS CONTRADICCIONES DE VIKTOR ORBAN

Viktor Orban, primer ministro de Hungría, ha sorprendido esta semana a sus socios europeos anunciando que convocará un referéndum en su país para que los ciudadanos decidan si están de acuerdo o no con la redistribución de inmigrantes acordada por Bruselas. Un nuevo desafío a las decisiones colegiadas que de momento no ha recibido respuesta. Pero lo que llama la atención sobre todo es que el primer ministro más cuestionado de la Unión, por el recorte de libertades que ha llevado a cabo reformando su Constitución, utilice ahora la herramienta más democrática de la que disponen los gobiernos para conocer la opinión de sus ciudadanos sobre sus políticas.

Orban no convocó un referéndum para reformar la Constitución y si pretende convocarlo ahora para escapar de la cuota de acogida de refugiados que - dice- le impone Bruselas. Orban va más allá y en su pulso a Europa propone también que el referéndum se celebre en el conjunto de la Unión.

La propuesta es desalentadora y evidencia el nivel de insolidaridad de los gobiernos. Hungría, la República Checa, Eslovaquia y Rumanía votaron en contra del reparto por cuotas de refugiados entre los países miembros pero deben cumplir con los acuerdos colegiados del Consejo Europeo. Hay otros países que si que lo aprobaron pero también están poniendo cortapisas a su cumplimiento. La prueba más evidente es que la Unión Europea esta lejos de cumplir su compromiso de reparto de 160 mil refugiados y solo ha logrado el reparto de 600 refugiados.

La crisis de refugiados ha conseguido quebrar a la Unión Europea. Frente a las medidas de Bruselas para afrontar la situación los países toman medidas unilaterales cerrando fronteras, levantando vallas y suspendiendo Schengen. El Gobierno en funciones en nuestro país tampoco está dando muestras de solidaridad y tampoco ha respondido positivamente a la acogida de los refugiados que le corresponden.  Ni siquiera se le ocurre poner como ejemplo su experiencia positiva en repatriación y acogida. La puso en practica firmando acuerdos con los países de origen y fijando criterios de redistribución entre las Comunidades Autónomas para gestionar la masiva llegada de cayucos a las Islas Canarias.

Esa si fue una respuesta solidaria. No resultó fácil pero logró dar respuesta en  2006 a la masiva llegada de inmigrantes a un territorio alejado de la Unión. Hubo reparto de cuotas entre todas las islas  y hubo reparto entre todas las Comunidades Autónomas de  los miles de subsaharianos que arriesgaron su vida para alcanzar las costas canarias. LLegaban a las islas pero su destino era Europa. Lo mismo está pasando en Lesbos. Los que llegan allí no quieren quedarse. Grecia es sólo la puerta de entrada.

Esta semana nos ha dejado más noticias desalentadoras sobre esta crisis de refugiados. Bélgica ha establecido controles en sus fronteras y Austria ha convocado una cumbre con los países de los Balcanes sin participación de la Unión Europea. Habrá más noticias desalentadoras.

Ahí les dejo el vídeo del anuncio de Viktor Orban. Para la traducción al inglés pueden pinchar en la pestaña de la parte baja a la derecha.



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