lunes, 7 de diciembre de 2015

CIRCULAR ECONOMY O COPIAR A LA NATURALEZA

Si les digo que la Circular Economy es una estrategia de la Unión Europea para el desarrollo sostenible se aburren desde la primera linea y abandonan este post. Por eso voy a intentar contárselos de la manera que a mi me produjo entusiasmo europeo esta iniciativa. Se trata de un modelo de sostenibilidad que pretende copiar el propio modelo sostenible de la naturaleza. La naturaleza se recicla a sí misma y vamos a copiar su modelo. Esto es que cualquier producto sea el resultado del reciclado de otros productos y a su vez forme parte de un futuro producto. Impresionante. Pero además es ya una posibilidad.
Tengo una bolsa super resistente que uso a diario para llevar la comida al trabajo que es el resultado de dos botellas de agua. Me la dieron en la Green Week 2014 en Bruselas. Allí también tuve ocasión de probar un coche evidentemente eléctrico, pero sobre todo cada pieza era el resultado de un proceso de reutilización de residuos. Olía bien no se preocupen, y además funcionaba perfectamente.
¿Es hacia donde se dirige nuestra economía? pues los expertos consideran que si y aquí vuelvo a la primera línea. La Unión Europea se ocupa de ello. Juncker nos dio un susto cuando llegó a la Comisión Europea y presento sus 10 prioridades, porque en su lista de  asuntos prioritarios no estaba la Circular Economy. Un susto -digo- porque Europa ya estaba trabajando en ello desde hacía años. Recuerdo que en el debate parlamentario, cuando su Vicepresidente Frans Timmerman, que me encanta, enumeraba las priopridades europeas se oyó un grito lejano que decía "Circular Economy"....intuyo que ese grito y las quejas de los eurodiputados por no tener en cuenta este nuevo modelo de producción llevaron a reconsideralo. El caso es que la Circular Economy vuelve a la agenda europea con una nueva propuesta. Desconozco si es una propuesta más o  menos ambiciosa que la anterior, ya se verá en la tramitación parlamentaria.

La Circular Economy requiere  voluntad política pero sobre todo más dinero en I+D. Sin esa inversión no es posible desarrollarla. Las empresas y los investigadores están preparados, quizás más que el conjunto de la sociedad. Sin la implicación del consumidor la Circular Economy tampoco será posible.

En fin. Que la Circular Economy me abruma en positivo y más en estos días en que se debate en París sobre la capacidad de los líderes mundiales para poner límites al calentamiento global. Por cierto, de momento sin acuerdo,  mientras EL MUNDO  -como ilustra el Parlamento Europeo en su web- SE DERRITE.


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