viernes, 27 de enero de 2017

QUE NADIE LE DÉ EL TELÉFONO

Tres meses sin aparecer por aquí y sin que haya ninguna razón concreta para explicar esta ausencia. Las mismas que tengo para volver a reactivar el blog. Igual que mi amiga Lucia Martínez que ha reactivado el suyo "De Andar por Casa" después de tres meses. Que bonito blog Lucy y que envidia sana me da. Tus muebles todos colocaditos y los míos, los europeos, patas arriba. Hoy como tú también voy a hablar de las cosas de "Andar por Casa" pero en mi tono europeo habitual.  La Casa Europea está revuelta desde hace tiempo y ahora encima es incapaz de reaccionar  por el efecto Trump. Ya se lo que están pensando, que qué  poco original dedicarle unas líneas a este señor que va camino de convertirse en la mancha negra del siglo XXI.

Tremendo. Una semana en la Casa Blanca y a sobresalto diario. Ya me gustaría que fueran una anécdota, como el cambio de cortinas en el despacho oval, donde  ahora lucen unas telas a  juego con la cabeza del nuevo inquilino.  Lo peor de Trump no es que cumpla sus promesas sino él mismo. De todas las cosas que he leído en este tiempo lo que más me ha impactado es la opinión de Jeremy Saphiro, un ex asesor de Hillary Clinton, experto en temas internacionales y en la política exterior de EEUU.  En una entrevista al diario El Español Saphiro afirma varias cosas. Una, que "No hay nada que separe a Trump de la aniquilación humana" y otra que el problema es la personalidad de Trump de quien dice que es "un narcisista, un ególatra sin experiencia, que no tiene ni el juicio ni el temperamento apropiado y además es un racista".  Hay más, dice que Trump es "Irascible, fácil de enfadar y vengativo. Capaz de enzarzarse en una pelea verbal en twiter a las tres de la mañana con una ex mis Universo." Osea un peligro este señor que desde hace una semana maneja los códigos nucleares de Estados Unidos.

Con ese perfil mejor es que no llame. Mejor que nadie le de el teléfono de Europa. Algunos están preocupados porque  hemos pasado de un Obama que no sabía a quien llamar cuando se dirigía a Europa, a un Donald Trump que -de momento- no se plantea  llamar porque para él, igual que para Marinne le Pen, "Europa está muerta y no lo sabe".

Cuanta provocación. Vale que él no llame, pero no vale que Europa no responda. ¿Que tal un twiter a ese señor rubio y peligroso?



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